La boda de David y Silvia fue un festival de alegría, fiesta, desmadre y una juerga.
El novio iba con un traje blanco, con un estilo moderno y elegante. La flor de la solapa, a juego con el color del ramo, era el que daba un toque de color a la pareja de novios. Y es que a veces las cosas mas simples son las que triunfan.